viernes, 19 de julio de 2013

Espacio literario; Cine


 La publicidad retumbaba en mi cabeza, una película desechable, "Zombies en nueva York, corran, salvense quien pueda, que los desaparecidos nos van a hacer desaparecer", bueno eso último no era exactamente lo que decía el anuncio, para ser mas claros y concisos me refiero a la propagando previa a la película que en el cine aguardaba, porque para desear algo debe haber una espera. El próximo trailer, de un futuro estreno, en pocas imágenes narraba su argumento, ¿Que harías si fueses el ultimo hombre en la tierra? Mi mama contesto la pregunta; sería la mujer más feliz del mundo, yo me empece a reír de su broma de humor negro y a la vez recibí un pochoclazo en combo con un ¡Shiii! y a eso hubiese deseado responderle con un; ¡Pero si la película ni siquiera empezó!  

  Me considero amante del cine, me fascina la recreación de la imaginación en la pantalla, dejando de esta manera tus creaciones con duración en el tiempo. Desde la escenografía, hasta el mínimo detalle, miles de personas que lo hacen posible, y eso que para cuando tengo que hacer trabajos en grupo me cuesta mucho mas que individualmente, ya que al haber mas manos en la masa la forma de lo que sea que estés amasando será distinta a lo que vos hubieses hecho sin otras manos. Todo debe surgir de una mente maestra, estoy segura, y sus herramientas que hacen posibles el trabajo son quienes le dan vida, los actores por ejemplo, ¡¡la música!! sin el sonido, las palabras, todo perdería la forma, percibiríamos con un sentido menos la obra maestra que así fue diseñada, aunque también se podría expresar lo mismo de otra manera. Es por esto que lo que realmente más me asombra del cine, de la puesta en escena, son los gestos y las expresiones de los actores. 
 La película por fin comenzó, el silencio penetro en la sala, y retumbo en nuestros odios un impactante; ¿Hay alguien ahí dentro?

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